
No es ningún secreto que la entidad blaugrana tiene un fuerte interés en la incorporación del extremo en propiedad del Athletic Club de Bilbao. Numerosos acercamientos desde el club hacia el jugador en las últimas semanas y la certeza de Laporta apunta a que el optimismo en Can Barça es bastante alto, ahora bien, ¿a qué se debe este entusiasmo por prácticamente la totalidad del Barcelona y sus seguidores?
Nico Williams viene de hacer una gran campaña en LaLiga, que se vio catapultada luego con su participación tan determinante en la Euro 2024, donde tuvo un papel fundamental en la consecución de La Roja en su cuarta Eurocopa. No solo por sus goles o su asistencia, sino por la influencia mayúscula que tuvo en el juego de la Selección.
En el Barcelona urge la necesidad de cubrir la banda izquierda, la cual no tiene dueño desde hace ya varios años. Distintos intentos han surgido como alternativas en esa posición como lo han sido Ferrán Torres, Ansu Fati (aún sin ser extremo, ya que en la cantera creció como un 9 puro), Raphinha a pierna natural, Joao Félix, Trincao o incluso Griezmann. Casi 10 años en los que el Barça no ha dado con la tecla para suplir la baja de Neymar y, por fin, parece que ha llegado una solución real y factible para el club.

58 millones de euros de cláusula es lo que tiene marcado el Athletic en el que seguramente sea su mejor jugador. Una ganga y gran oportunidad de mercado, tal y como están las cosas hoy en día, y más todavía tras el gran año que ha firmado el jugador. La decisión final la tiene el jugador, pero el Barcelona aprieta por el que puede ser uno de los pilares de su proyecto a futuro, con esta promesa de 22 años que está demostrando ser más una realidad a estas alturas, teniendo a sus espaldas ya 4 temporadas en la élite.
17 G/A y 28 G/A en sus últimas dos temporadas, para quienes les gusta fijarse en las estadísticas, pero el pequeño de los Williams trasciende más allá de los números. Es un extremo de los que se echaban en falta; regateador, definidor, con un buen toque de balón y, lo más importante, un control sobre los tiempos del partido y una toma de decisiones exquisitas. Cada jugada que pasa por él mejora y pasa a tener sentido, además de ser de peligro por lo vertical que es, aprovechando siempre su físico y velocidad. Compenetración de lujo con Alejandro Balde en lo que podría ser una dupla parecida a la que nos dejaron Nico y Cucurella en la Euro.

Cucurella es un extremo largo que le gusta tener influencia en el ataque y gozaba de estas oportunidades gracias a que Nico juega mucho más por dentro que por fuera, lo que le permitiría a Balde encontrar un socio que potencia su juego, ya que sería el mismo caso. Además, sacrificado cuando hace falta en defensa, lo que le viene perfecto al lateral español para aguantar mejor las inserciones de los rivales.
Está claro que Nico es una de las sensaciones del momento y una oportunidad de mercado única, de hecho, el PSG muere por llevárselo a París para armar sobre él el nuevo ataque tras la pérdida más que notable de Kylian Mbappé, de esta magnitud es este chico. Por eso todo el barcelonismo sueña con poder juntar Nico con su buen amigo Lamine y obrar un futuro brillante de manos de Hansi Flick. Difícil que salga mal.