Tras menos de dos años completos de vida, la nueva tercera división española vive sus días más críticos.
La inestabilidas económica y las numerosas quejas de los clubs han provocado que se esté trabajando en un cambio de modelo de cara la temporada que viene.
Se propusieron dos nuevos modelos de competición en una reunión celebrada hace dos semanas que los clubes no llegaron a ver claros y eso ha provocado el malestar de la RFEF, que ya trabaja en otro escenario. Una de estas propuestas fue crear 5-6 grupos de 20 equipos (6 grupos y 120 equipos), con lo que volvería el formato clásico de Segunda División A, Segunda División B i Tercera División.
Una decisión que podría provocar que los jugadores y los clubes acaben declarando una huelga antes del final de la temporada.
Ahora la duda está en como va actuar la RFEF. Si propone una nueva competición de cara el año que viene, con más equipos y diferentes condiciones economicas, creen que desestabilizaría aún más la situación económica de sueldos, contratos, patrocinios y todo lo relacionado.
Una competición que buscaba ser profesional y puede acabar como un completo desastre.